Una historia sobre la importancia de educar a los hijos en la fe.

Lo mismo que la castidad nos hace morir a los deseos de la carne, así la obediencia nos hace morir a nuestra propia voluntad (Card. Van Thuan).

Una pasión que lo acompañó por el resto de su vida.

¡No pierdas nunca la alegría! El camino de la esperanza no admite peregrinos con caras enfurruñadas. El camino de la esperanza sólo puede proporcionarte alegrías (Card. Van Thuan).

Tu corazón no es de piedra. Precisamente por eso es precioso, porque es de carne y sabe amar. Coge la cruz con las dos manos y plántala con valentía en tu amor (Card. Van Thuan).