¿Quieres ser un buen líder? ¿Quieres ganarte el respeto de los demás? Entonces no dejes de poner en práctica estos 5 hábitos para lograrlo.
Sé optimista y genuino
Transmitir energía positiva al equipo dará como resultado mayores posibilidades de ser seguido y, en consecuencia, generar un ambiente de trabajo mucho más saludable. El líder dicta en gran medida el estado de ánimo con el que opera su equipo. Marcar directrices que favorezcan lo bueno de cada experiencia habla mucho del conocimiento del líder para encontrar oportunidades en aquellos espacios que parecen una debilidad.
Preocupaciones más allá del negocio
Esto tiene que ver con algo que trasciende el hecho de ser amable con el equipo. Un líder que merece respeto es aquel que reconoce que su mejor activo es su equipo y, por tanto, se mantiene preocupado por su bienestar.
No sólo es demostrar interés por lo que los empleados pueden ofrecer al negocio, sino estar al pendiente de aquellos aspectos externos -incluso personales- que pueden mermar su rendimiento. Esto debe hacerse con total respeto y sinceridad.
Sin miedo, pero con estrategia
El trabajo de un buen jefe es motivar a sus empleados e inspirarlos a la hora de mejorar. En este camino, debe ser entendido que los errores podrían estar presentes en el proceso por innovar.
Inspirar confianza y no castigarles por atreverse a transitar por nuevos senderos y cometer errores, es vital para tener un equipo propositiva que confía y reconoce a su líder.
Feedback, el desayuno de cada día
De manera sincera, honesta y lo más frecuente posible, es vital darle voz al equipo para expresar sus aportaciones sobre aquello que puede mejorar.
Un líder digno de respeto sabe que no es el único que puede aportar al crecimiento del negocio; un verdadero guía sabe que esta es una labor de equipo.
Confianza igual a respeto
La confianza es la clave para que los líderes puedan ganarse el respeto y la lealtad de las personas a su cargo. De tal manera, cualquier puesto de liderazgo debe ejercerse desde la honestidad y el apoyo tanto en momentos de victoria como en aquellos de derrota.