Después de que l@s niñ@s viven o experimentan situaciones de desastre cómo un sismo, pueden quedar afectados directa o indirectamente, por lo que los padres, profesores, profesionales de la salud, así como población adulta en general, deberán trabajar para proteger y aminorar las afectaciones que l@s niñ@s pueden llegar a presentar.
Una vez que la situación estresante ha terminado, es recomendable que los niñ@s se incorporen nuevamente a sus actividades cotidianas, aun cuando se encuentren en un albergue o vivienda temporal, es recomendable que se continúen con los horarios que se tenían establecidas antes del desastre, tales como comer, jugar, tiempos de descanso, lecturas de cuentos, etc., esto fomentara que se sientan seguros y puedan integrarse con mayor facilidad a la normalidad.
Algunas recomendaciones para los padres
1) No exponer a nuestros hijos a imágenes, videos y noticias que hablen sobre el desastre. Pueden incrementar su miedo y ocasionar que l@s niñ@s tengan ideas catastróficas sobre lo que ha pasado, incluso cuando no han sido victimas directas del desastre.
2) Confirmarles que ahora pueden estar seguros ya que el suceso ha pasado.
3) Hablar con los hijos sobre lo que ha sucedido, y explicarles como hay que actuar en casos de desastres naturales, en este caso los sismos. Puede ser un buen momento para repasar medidas de seguridad brindadas por protección civil.
4) Apóyalo/a a que hable de cómo se sintió. Sobre todo hacerle saber que el miedo es una reacción normal que ayuda a protegernos. Los niños pequeños pueden expresar mejor sus emociones con actividades no verbales como el dibujo.
5) Reconocer y elogiarlo/a por su valor ante la situación que se ha vivido.
6) Brindarle muestras constantes de cariño y apoyo, dormir con ellos si lo piden y buscar una comunicación constante con ellos.
7) Recuerde que los niños pueden verse afectados emocionalmente por lo que han pasado, es normal que sientan miedo, angustia, se comporten más irritables, hagan más berrinches o que se aíslen, incluso pueden presentarse regresiones (tener conductas de edades anteriores), así como mostrarse más demandantes de atención. Por lo que los padres deben tener en consideración estas conductas y sepan que es normal que se comporten de esta manera, es la forma en la que expresan su miedo e inseguridad. Se espera que al poco tiempo estas conductas desaparezcan y regresen a la normalidad, de no ser el caso es fundamental que se busque apoyo especializado.
Por otro lado, la experiencia de l@s niñ@s y su estabilidad emocional son cruciales en el restablecimiento de las actividades escolares. En este caso, los profesores juegan un papel crucial no solo en la educación sino en la contención de ideas irracionales y la prevención de emergencias.
Algunas recomendaciones para profesores que están por iniciar nuevamente clases
1) Dar la bienvenida con mucha empatía y alegría. A manera de fomentar un clima participativo entre los estudiantes.
2) Hacerles saber a l@s niñ@s que son importantes y que estamos preocupados en como se sienten.
3) Iniciar la clase con una actividad que fomente el movimiento.
4) Dependiendo de la edad de l@s niñ@s, pedirles que dibujen o escriban lo que sintieron y vivieron durante su experiencia traumática.
5) Permitirles hablar libremente sin interrupciones, pero respetando aquellas cosas de las que no quieren hablar.
6) Mostrar comprensión ante sus sentimientos sin despreciar sus emociones o quitando importancia. Evitar frases como: “aquí no paso nada”, “no es para tanto”.
7) Practicar la escucha activa. Es decir, mostrar interés en lo que los alumnos nos están contando repitiendo con frases cortas lo que nos han dicho, esto para hacerles saber que estamos entendiendo lo que nos están compartiendo.
8) Evitar mentiras, rumores o situaciones que puedan angustiar a los alumnos. En su lugar, se pueden brindar las recomendaciones de protección civil ante situaciones de desastre o explicar la realidad del porque ocurren desastres naturales y como evitarlos.
9) Explicarles que con el tiempo comenzaremos a integrarnos a la normalidad, y que el miedo que sentimos es normal ante situaciones de emergencia y crisis. El miedo es una emoción que nos ayuda a activarnos y a responder mejor ante una situación de emergencia, por lo que es importante estar alerta ante situaciones similares.
10) Aprender de la experiencia y de los errores evitando la culpa.
11) Pide que realicen un dibujo de esperanza, de lo que desean para su familia, su comunidad y sobre todo para ellos mismos. Esto ayudara a que tengan una visión esperanzadora del futuro y puedan incorporarse a clases con nuevos objetivos.
12) Si observa que alguno de sus estudiantes necesita atención especial, no dude en reportarlo al director y comentarlo con los padres, para buscar atención profesional.
13) Se recomienda terminar la clase con alguna actividad lúdica o artística.
L@s niñ@s son uno de los grupos más vulnerables ante desastres naturales como los sismos. Evidentemente, las afectaciones emocionales varían de un/a niño/a a otro/a, por lo que es necesario que se valore caso por caso. Si se identifica que algún/a niño/a tiene mayores dificultades para adaptarse nuevamente a sus actividades cotidianas, será necesario prestar mayor atención y dialogar con familiares y autoridades escolares para buscar estrategias de apoyo y seguimiento, y de ser necesario buscar atención especializada.
Cuidar y proteger a l@s niños y niñas es tarea de todos, ayudemos a prevenir secuelas emocionales y psicológicas.
Bibliografía:
Primeros días en el aula después de la emergencia. Guía para docentes. (consultado el 26 de septiembre).
Como ayudar a los niños después de un desastre (consultado el 26 de septiembre del 2017).
Laura Islas, 2017. Sismo en México, cómo hablar de terremotos con los niños. (Consultado el 26 de septiembre del 2017).
Cómo ayudar psicológicamente a los niños después del sismo. (Consultado el 25 de septiembre del 2017).
American Psychological Association (consultado el 26 de septiembre del 2017).