Desde que nacemos y durante nuestro primeros años de vida, podemos decir que los primeros y más importantes maestros con los que contamos son nuestros padres y familiares cercanos (he ahí la primer escuela), que para bien o para mal influyen enormemente en nuestro desarrollo, incluso afectando gran parte de la vida que llevamos como adultos. Por ello, resulta sumamente importante cuestionarnos y reconocer el papel que estamos jugando en la educación de nuestros/as hijos/as.
Si bien anteriormente era posible encomendar la educación de nuestros/as hijos/as por completo a los centros educativos y profesores, hoy en día esta idea comienza a quedar obsoleta debido a la perdida de valores y a la degradación social que hemos presenciado durante los últimos años en nuestro país. Además, cada vez es más común la suspensión de clases en centros educativos de gobierno. Si a esto agregamos, los grupos numerosos con los que los profesores tienen que trabajar, limitando la atención que puede brindar a cada alumno, como lo difícil que es encontrar a un buen profesor que se preocupe sinceramente por la educación de sus alumnos, estos y otros factores terminan promoviendo el retraso escolar y una aversión de los estudiantes por la escuela como tal. Esto hace evidente la importancia de que los padres se integren cada vez más en la formación educativa que sus hijos/as están recibiendo.
Se sabe por diferentes investigaciones que gran parte del éxito escolar y profesional, así como personal, esta fuertemente influenciada por la familia de origen y la educación recibida desde nuestros primeros años de vida. Esto no significa que tengamos que hacer estudiar más horas a nuestros/as hijos/as, o encerrarlos en sus habitaciones para que estudien día y noche; por el contrario, se trata de que sepan como y para que estudiar. Además, uno de los puntos más importantes, y que usualmente los centros educativos suelen pasar por alto, es el describir porqué y para que sirve lo que se esta aprendiendo. El aprendizaje debe ser placentero y agradable para el estudiante, de otra manera no será significativo.

Por ello, a continuación se brindan algunos consejos para integrarnos (si es que no hemos estado muy presentes en la educación de nuestros/as hijos/as) y ayudar a que mejoren en sus estudios, y sobre todo, que sean nuestros/as hijos/as los que puedan guiarse a si mismos en el infinito mundo del aprender.
- Si anteriormente no hemos estado muy presentes en la educación de nuestros/as hijos/as y hemos dejado toda la responsabilidad en la escuela, puede que de principio nos resulte difícil integrarnos a la forma en como están aprendiendo. Incluso las primeras veces podemos llegar a sentir que no estamos haciendo nada o avanzamos muy despacio, pero relájate, como papás también estamos aprendiendo y no hay nada mejor y gratificante que pasar tiempo de calidad con nuestros/as hijos/as.
- Lo primero, el compromiso de los padres por involucrarse en la educación de sus hijos/as. Si no existe un compromiso real, nos rendiremos ante el primer obstáculo. Además, las actitudes negativas que sintamos las estaremos trasmitiendo a nuestros hijos/as, por lo que es muy importante estar tranquilos y con una buena actitud cuando trabajemos con nuestros hijos/as.
- Proponer un espacio para dedicarlo al estudio en casa. No es necesario un cuarto especial para ello, aunque algunas familias pueden disponer de una habitación especial para estas actividades, puede bastar con una mesa y un librero para ordenar los materiales de estudio.
- Facilite su concentración. Evite distracciones a su alrededor, como el móvil, los videojuegos o la televisión. Tenga en cuenta que conforme la edad del niño/a va aumentando también lo hace el tiempo en que puede mantener la atención en algo; por lo cual, distribuya el tiempo en periodos cortos y luego siga con un descanso, juego libre y actividades de interés del niño/a para posteriormente retomar un periodo de trabajo. Entre los 3 y 6 años el periodo de atención puede variar entre 6 a 30 minutos, de 6 a 10 años entre 12 minutos y 50 minutos. Evidentemente, el tiempo de atención que mantiene un/a niño/a es variada, y depende mucho del interés que represente para el o ella la actividad que esta desarrollando.
- Crear un horario y plantear objetivos semanales, pueden ser una buena estrategia para organizar el tiempo. No es necesario dedicar extensas horas para repetir una y otra vez, basta con un par de horas, distribuidas a lo largo del día en pequeñas tareas. Es importante que se dediquen tiempos para jugar y explorar su alrededor.
- Busque que el conocimiento sea interesante y divertido para el niño/a, conocer cuales son sus intereses y brindar la información suficiente. Por ejemplo: si el niño/a tiene interés por el futbol, aprovechar un mundial para repasar las banderas, nacionalidad, cultura, etc., de los países competidores.
- Hacer repasos de conocimientos generales de acuerdo a su edad, y preguntar sobre cuales son los temas de los que más le gusta aprender y cuales son las materias en la escuela que no le gustan. De esta manera podremos proporcionar más información de su interés y buscar estrategias para fortalecer las áreas débiles de su aprendizaje. Es importante recordar no atosigar de información a los/as niños/as, esto puede hacer que eviten el estudio y provocar un mayor rezago educativo.
- Utiliza herramientas como los esquemas o los mapas conceptuales. Son muy útiles a la hora de procesar la materia de estudio y ayudan a su comprensión y posterior memorización.
- Aprender cosas nuevas en familia. Buscar actividades en las que puedan participar todos los familiares, como ir juntos a museos, parques, centros culturales, etc. Esto motivara a los más pequeños por el deseo de aprender.
- Cuando sea posible, hablar con los profesores y maestros. Para conocer como podemos involucrarnos más con la educación de nuestros/as hijos/as y sobre todo, poder trabajar en conjunto con las actividades escolares formales.
- Enviar a nuestros/as hijos/as a la escuela preparados con lo necesario para aprender. Esto incluye: un desayuno nutritivo y balanceado, y procurar las horas adecuadas de sueño y descanso. Además, es importante conocer como se encuentra el estado emocional de nuestro hijo/a, si se encuentran deprimidos, tristes, cansados o con alguna preocupación, el aprendizaje se dificultara.
- Finalmente, predicar con el ejemplo. Si nuestros/as hijos/as nunca nos ven leer, será más difícil que ellos integren la lectura como un placer; por ello, también es necesario que como padres nos integremos al placer de aprender y mejorar nuestros conocimientos día con día.
Bibliografía:
20 maneras en que puede ayudar a su hijo a triunfar en la escuela, [En Línea], (consultado el 1 de octubre) Disponible en: http://www.colorincolorado.org/es/articulo/20-maneras-en-que-puede-ayudar-su-hijo-triunfar-en-la-escuela
Cómo enseñar a estudiar a tus hijos, [En línea], (Consultado el 4 de septiembre del 2017), Disponible en: http://www.aulaplaneta.com/2014/03/10/en-familia/como-ensenar-a-estudiar-a-tus-hijos-en-10-pasos/