Estar tomados de la mano es una forma de demostrar de manera externa el vínculo afectivo que existe entre dos personas. Pero también es una forma de fortalecerlo. Por eso no es de extrañar que una actividad aparentemente tan sencilla esté acompañada por varios cambios en el cuerpo, que a su vez pueden producir una serie de beneficios en el estado emocional de la persona.

El primer efecto que se puede observar es que, cuando una pareja sale a pasear tomada de la mano, sus cuerpos van a sincronizarse. Tanto la respiración como el ritmo cardiaco de ambas personas se acompasan, adquiriendo un ritmo en común.

Se ha demostrado que esta sincronización ocurre de manera natural cuando las personas comparten una experiencia, y es importante tanto para la comunicación social como para la creación de vínculos afectivos.

Así que podríamos afirmar que cuando una pareja pasea de la mano, sus corazones laten como uno solo.

Algo que suena muy romántico, esta sincronización tiene varias repercusiones en el cuerpo, sobre todo en el cerebro de los individuos, según lo descubierto por la ciencia.

Ésta ha demostrado que, al estar tomados de la mano, las parejas aumentan su empatía el uno por el otro.

Además, estar en contacto con la pareja puede tener un ‘efecto analgésico’. Haciendo un experimento con 22 parejas, en la que a una de las personas de cada pareja se le aplicaba un pequeño foco de calor para producirle ‘dolor’ mientras que la otra persona observaba. Se vio que, si las parejas se tomaban de la mano, se sentía menos dolor que si la pareja no se tocaba, aunque se encontraran juntos.

Darse la mano también puede hacer que el cerebro se sienta más cómodo, siendo capaz de procesar mejor las situaciones que se le presenten, por lo que tomar de la mano a la persona amada y salir a pasear también puede ayudar a disminuir la ansiedad, el miedo y el estrés.