Unas reglas sencillas para vivir la caridad

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La costumbre de quejarse es una enfermedad contagiosa. Sus principales síntomas son: el pesimismo, el desasosiego, el recelo, la falta de ilusión por unirse a Dios (Card. Van Thuan).

Ponte en el lugar de los demás y te darás cuenta de que tus proclamas atronadoras e irresponsables están fuera de lugar. Y te harás más prudente (Card. Van Thuan).

Edmon Loutil, alias Pierre L'Ermite —autor de varios centenares de artículos semanales en el periódico La Croix hasta la víspera de su muerte de nonagenario, y de deliciosas novelas que fascinaron a la juventud francesa—, dejó cierto número de reglas muy sencillas pero sumamente eficaces, si se siguen bien, para vivir en caridad:

  1. Aceptarse a uno mismo;
  2. no juzgar a nadie;
  3. no criticar a nadie;
  4. no crear facciones;
  5. pensar bien de los demás;
  6. hablar bien de los demás;
  7. corregirse mutuamente;
  8. reflexionar en grupo;
  9. disculpar siempre;
  10. actuar juntos;
  11. ser solidarios en las responsabilidades;
  12. divertirse juntos;
  13. orar juntos.

En su libro ‘Je regarde ma vie’ confiesa: «He sido sacerdote durante más de cincuenta años, párroco con cuarenta y siete coadjutores, todos fuimos oradores excepto uno, distintos por su temperamento, por sus gustos, por sus ideas, por edad, y sin embargo muy unidos, muy compulsivos, muy caritativos unos con otros. Si se me permitiese volver a empezar, yo elegiría:

  1. Ser párroco,
  2. ser párroco,
  3. ser párroco.

Hemos encontrado la felicidad en la vida viviendo la caridad entre nosotros»

Cardenal Van Thuan

Siervo del Señor, Francisco Xavier Nguyen Van Thuan fue arzobispo coadjuntor de Saigón, fue arrestado por el régimen comunsta y pasó 13 años en la cárcel, 9 de ellos en aislamiento. En prisión escribió Mil y pasos en el camino de la esperanza. En 1991 fue liberado, Juan Pablo II le nombró, en 1994, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Fundó Mater Unitatis. Falleció el 16 de septiembre de 2002 en Roma. Actualmente, se sigue un proceso para su canonización