
Dicen que los polos opuestos se atraen... Basta observar las parejas que le rodean, incluso la propia, para darse cuenta que por lo general los cónyuges tienen personalidades diferentes; y en algunos casos son completamente opuestas. Sin embargo, estas disparidades de carácter no tienen por qué significar algo negativo, pues con el debido aprendizaje, pueden llegar a ser grandes aliadas de la relación conyugal.