Todos los padres aceptan que no hay amor más grande que el que se tiene por los hijos. Y ese amor comprende además el gran anhelo de hacerlos felices. Sin embargo, algunos padres suelen perder el foco del significado de la felicidad y olvidan que, para hacer felices a sus hijos, no se necesita ni el mejor colegio, ni una casa grande, ni una tablet, ni cumplirles todos sus caprichos. Por eso proponemos cuatro formas muy sencillas que todos los padres tienen a su alcance para hacer felices a sus hijos.