Las personas que participan de manera activa en congregaciones religiosas son más felices y participan más en la vida social que las personas sin creencias religiosas o aquellas que no participan en una comunidad religiosa, señala un reciente estudio.
En los últimos años, se ha tratado de esclarecer la relación entre la fe, espiritualidad y religión con diversos efectos a la salud. A estos estudios se les une el recientemente realizado por Pew Research Center, que trato de identificar si las diferencias se daban no solamente entre creyentes y no creyentes, sino también entre los creyentes que realmente participan dentro de su comunidad religiosa (atienden regularmente a los servicios dominicales) y los que solo se identifican como creyentes, pero no participan de manera activa.
Para ello utilizaron 8 indicadores de bienestar individual y social, incluyendo: niveles reportados de felicidad, 5 mediciones de salud individual (fumar, beber, hacer ejercicio y obesidad) y 2 mediciones de participación cívica (votar y participación en la comunidad/voluntariado).
Como parte del estudio, se analizaron encuestas de 26 países, principalmente en América y Europa, con comunidades mayoritariamente cristianas, debido a la regularidad de sus servicios religiosos, aunque también se incluyeron resultados de Sudáfrica, Corea del Sur y Japón. Los resultados variaron en gran medida de país a país, aunque se pudieron sacar ciertas conclusiones generales.
En cuanto a los indicadores de salud, se observó que los creyentes activos fumaban y bebían menos que los creyentes inactivos y los no creyentes. Por otro lado, no hubo una clara asociación con la actividad física o la obesidad. Así que, haciendo ajustes por diferencias en la edad, educación y otros factores, en la mayoría de los países no se encontró un vínculo estadístico entre la actividad religiosa y el estado de salud. La excepción se encontró en Taiwán, México y Estados Unidos, donde sí se pudo observar que los creyentes activos tenían mejores niveles de salud comparados con los otros dos grupos.
Referente a los medidores de participación cívica, los resultados fueron claros: los creyentes activos se encuentran más inmersos en su comunidad, asistiendo regularmente a votar en periodos de elecciones y participando en otros grupos no religiosos, como organizaciones de voluntariado e incluso grupos deportivos.
Y respecto a la felicidad de los participantes, los creyentes activos son más felices que aquellas personas que no participan o no creen. Incluso en países con condiciones adversas, estos resultados fueron ciertos. De hecho, México, Colombia y Ecuador, países latinoamericanos con problemas de corrupción y violencia, se encontraron en los tres primeros lugares del estudio con respecto a felicidad.
“La participación regular dentro de una comunidad religiosa está claramente vinculada a mayores niveles de felicidad y participación ciudadana (…) Lo cual puede sugerir que las sociedades con niveles en decline de compromiso religioso pueden verse en peligro de disminución de los niveles de felicidad y de bienestar social”, concluye la investigación, añadiendo que hacen falta más datos para observar los elementos clave que vinculan la participación religiosa con la salud, el bienestar social y la felicidad.
Fuentes:
Religion’s Relationship to Happiness, Civic Engagement and Health Around the World
Pew: Sunday Regulars Are Happier and Healthier
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