Al realizar cualquier actividad todos conocemos la diferencia entre sentirse motivado y no estarlo, pero cómo mantener la motivación en alto para tener un mejor rendimiento y alcanzar nuestras metas.
Recordar la importancia de lo que hacemos
Al principio de cualquier actividad solemos tener muy presente y muy bien visualizados los resultados, es por esto, por lo que la hemos empezado. Pero, conforme pasan los día tendemos a olvidar las razones por las que empezamos o tenemos que seguir realizando las mismas acciones. Es bueno, por lo tanto, recordar aunque sea brevemente durante el día las metas que nos propusimos o el porqué estamos realizando tal labor. Ver cómo nuestra actividad contribuye a nuestro beneficio, o al de nuestras familias o a la sociedad. Darle significado a nuestras acciones, revivirlo y tenerlo presente nos puede dar la energía necesaria para continuar.
Identificar y buscar a los problemas que surgen en el camino
También, debemos reconocer que para llegar a cualquier meta en algún momento surgirán problemas, es simplemente algo natural. Como decía un antiguo anuncio de la televisión "si fuera fácil cualquiera lo haría". Entonces, en vez, de soñar que podemos lograr nuestras metas sin esfuerzo y fácilmente, debemos estar preparados mentalmente para aceptar los retos que se presenten y tener una actitud positiva y propositiva para enfrentarlos. Un maestro mío solía decirnos "no hay formas fáciles de hacer cosas difíciles". Al final de cuentas, el superar las dificultades, es lo que le da valor a nuestros esfuerzos.
Reconocer lo que se ha hecho hasta el momento
Y aunque no hayamos logrado todavía nuestra meta, debemos reconocernos las grandes o pequeñas victorias que hayamos obtenido durante el camino. De repente, es bueno, voltear la mirada hacia atrás y reconocer el camino andado. Darse cuenta de los avances y de nuestro crecimiento, y que aunque todavía falte un trecho para llegar a nuestra meta, reconocernos capaces de resolver los retos que se nos han presentado nos debe hacer sentir confianza en nuestras capacidades sin importar las dificultades, las dudas y aún las ocasionales derrotas.
Perseverar
Recordar que como decía H. Jackson Brown, "en la lucha entre el arroyo y la roca, siempre triunfa el arroyo... no porque sea muy fuerte, sino porque persevera".