Afectada por el sarcoma de Ewing, un extraño tipo de cáncer que afecta los huesos, Holly Butcher sabía que pronto iba morir. Así fue. Con tan solo 27 años de edad, esta muchacha falleció el 4 de enero de 2018. Horas antes de su trágico final, decidió escribir una conmovedora carta, que publicó en Facebook, como una reflexión de la vida.
A continuación, te dejamos la traducción de su última publicación, que ha penetrado en los corazones de cuantos la han leído.
Un pequeño consejo de Hol:
Es algo muy extraño aceptar tu muerte cuando tienes 26 años. Es una de esas cosas que siempre ignoras. Los días pasan y esperas que sigan pasando hasta que sucede lo inesperado. Siempre me imaginé envejeciendo, con canas, con una hermosa familia (un montón de niños). Planeé tener el amor de mi vida. Lo quiero tanto que me duele.
Así es la vida. Es frágil, preciosa e impredecible y cada día es un regalo, no un derecho adquirido.
Tengo 27 años. No me quiero ir. Amo mi vida. Soy feliz. Se lo debo a mis seres queridos. Pero está todo fuera de mi control.
No empecé esta carta como ‘una nota antes de morir’ porque le temo a la muerte. Me gusta el hecho de que somos ignorantes de su inevitabilidad. Excepto cuando quiero hablar de ello y se trata como un tema ‘tabú’, algo que nunca nos pasará a ninguno de nosotros. Ha sido un poco difícil.
Solo quiero que la gente deje de preocuparse tanto por las tensiones pequeñas e insignificantes en la vida y trate de recordar que todos tenemos el mismo destino después de todo, así que haz lo que puedas para que tu tiempo se sienta digno y grandioso.
He soltado algunos de mis pensamientos a continuación ya que he tenido mucho tiempo para reflexionar sobre la vida estos últimos meses. Por supuesto, ¡es en la mitad de la noche cuando estas ideas aparecen en mi cabeza más!
En esas ocasiones que te dan ganas de quejarte por cosas ridículas (algo que he notado demasiado en estos últimos meses), solamente piensa en alguien que esté enfrentando un verdadero problema. Se agradecido por tener problemas pequeños y superarlos. Está bien reconocer que algo es molesto, pero trata de no seguir con ello de manera que afecte negativamente el día de las otras personas.
Una vez que hagas eso, sal ahí afuera y respira una bocanada de aire fresco hasta lo más profundo de tus pulmones, mira qué azul es el cielo y qué tan verdes son los árboles. Es tan hermoso. Piensa en lo afortunado que eres de tan solo poder hacer eso: respirar.
Tal vez te quedaste atrapado en el tráfico o hayas dormido mal porque tus hermosos bebés te mantuvieron despierto, o porque tu peluquero te cortó el cabello demasiado corto. Tus nuevas uñas pueden haberse astillado, quizá tienes celulitis y tu panza se tambalea.
Deja que todo eso se vaya… Te juro que no pensarás en esas cosas cuando sea tu turno de irte. Todo es TAN insignificante cuando miras la vida como un todo. Estoy viendo como mi cuerpo se deshace justo frente a mis ojos, sin nada que pueda hacer al respecto, y todo lo que deseo por ahora es que pueda tener un cumpleaños o Navidad más con mi familia, o simplemente un día más con mi novio y mi perro. Sólo uno más.
Escucho a las personas quejándose sobre cuán terrible es el trabajo o sobre lo difícil que es hacer ejercicio. Sé agradecido de que puedas hacer estas cosas físicamente. El trabajo y el ejercicio pueden parecer triviales… hasta que tu cuerpo no te permite hacer ninguno de los dos.
Traté de vivir una vida sana, de hecho, esa fue probablemente mi mayor pasión. Aprecia tu buena salud y tu cuerpo funcional, incluso si no es de tu talla ideal. Cuídalo y celebra lo increíble que es. Muévelo y aliméntalo con comida fresca, pero no te obsesiones con eso.
Recuerda que hay más aspectos para una buena salud que el cuerpo físico… trabaja igual de duro para encontrar felicidad mental, emocional y espiritual. De esta forma, es posible que te des cuenta de lo insignificante, irrelevante y estúpido que es tener el “cuerpo perfecto” que se ve en las redes sociales… Hablando de lo cual, elimina cualquier cuenta que aparezca en tus redes que haga sentirte mal contigo mismo. Sea un amigo o no… sé despiadado y bórralo por tu propio bienestar.
Sé agradecido por cada día que no tienes dolor e incluso por los días en que te estás enfermo de gripe, tienes una lesión en la espalda o un tobillo torcido. Acepta que no es algo que te agrade, pero agradece que no es algo que arriesgue tu vida y que solamente es algo pasajero.
¡Quéjense menos! Y ayuden más a los demás.
Dar, dar, dar. Es cierto que ganas más felicidad haciendo cosas por otros que haciéndolas por ti mismo. Desearía haber hecho esto más. Desde que he estado enferma he conocido a las más increíblemente generosas y amables personas y he recibido las más amorosas y reflexivas palabras y apoyo de mi familia, amigos y desconocidos. Más de lo que podría alguna vez regresar. Nunca olvidaré esto y estaré eternamente agradecido a todas estas personas.
Es algo extraño tener dinero para gastar al final… cuando estás muriendo. No es un momento de salir y comprar cosas materiales como usualmente haría, como un vestido nuevo. Pienso qué tonto es gastar tanto dinero en ropa y “cosas” nuevas en nuestras vidas.
En lugar de un vestido, maquillaje o joyería para esa próxima boda, sé bondadoso y compra algo para un amigo. (1) A nadie le importa si usas el mismo dos veces; (2) Te hace sentir bien. Llévalo a comer o, mejor aún, cocínale algo. Sírvele un café. Dale una planta, un masaje o una vela y dile que lo amas cuando se lo des.
Valora el tiempo de otras personas. No los hagas esperar porque te sientes mal contigo mismo. Arréglate temprano si eres una de esas personas y aprecia que tus amigos quieran compartir su tiempo contigo. ¡Ganarás respeto también!
Este año, nuestra familia acordó no hacer regalos y, a pesar de que el árbol parecía bastante triste y vacío (¡casi enloquecí en Nochebuena!), fue muy agradable porque la gente no tenía la presión de ir de compras y todos se esforzaron por escribir una buena tarjeta para los demás. Además, imagina a mi familia tratando de comprarme un regalo que probablemente terminarían quedándose… ¡extraño! Puede parecer poco convincente, pero esas tarjetas significan más para mí de lo que podría ser cualquier compra impulsiva. Eso sí, también fue más fácil hacerlo porque en casa no había niños pequeños. De todos modos, la moraleja de la historia es que los regalos no son necesarios para una Navidad significativa.
En otro tema: Emplea tu dinero en experiencias… O al menos no te pierdas las experiencias porque gastas todo tu dinero en cosas materiales.
Haz el esfuerzo de hacer ese viaje a la playa que siempre postergas. Sumerge los pies en el agua y excava con los dedos de los pies en la arena. Moja tu cara con agua salada.
Intenta simplemente disfrutar los momentos en vez de capturarlos con la pantalla de tu teléfono. La vida no está pensada para ser vivida a través de una pantalla, ni se trata de obtener la foto perfecta … ¡Disfruta el momento! Deja de intentar capturarlo para todos los demás.
Pregunta retórica y aleatoria. ¿Las horas que pasas peinándote y maquillándote cada día o para salir solamente una noche valen realmente la pena? Nunca he entendido eso sobre las mujeres.
Levántate temprano algunas veces y escucha a los pájaros mientras observas los hermosos colores que hace el sol a medida que se eleva.
Escucha música… realmente escucha. La música es terapia. Cuanto más vieja, mejor.
Abraza a tu perro. Voy a extrañarlo.
Habla con tus amigos. Deja de lado tu teléfono. ¿Están ellos bien?
Viaja si es así lo deseas, sino, no lo hagas
Trabaja para vivir, no vivas para trabajar.
En serio, haz lo que haga a tu corazón feliz.
Come el pastel sin culpa alguna.
Di que no a las cosas que realmente no quieres hacer.
No te sientas presionado a hacer lo que otras personas podrían pensar que es una vida satisfactoria. Es posible que desees lo que para ellos es una vida mediocre, y eso también es bueno.
Di a tus seres queridos que los amas cada vez que tengas la oportunidad y ámalos con todo lo que tienes.
Además, recuerda, si algo te está haciendo miserable, tienes el poder de cambiarlo: en el trabajo o en el amor, o en lo que sea. Ten el valor de cambiar. No sabes cuánto tiempo tienes en la Tierra, así que no lo desperdicies siendo miserable. Sé que eso se dice todo el tiempo, pero no podría ser más cierto.
De cualquier manera, esto solamente es el consejo que yo te puedo dar. Tómalo o déjalo, a mí no me va a afectar.
Ah, y una última cosa, si puedes, haz una buena acción para la humanidad y comienza a donar sangre regularmente. Te hará sentir bien con la ventaja añadida de salvar vidas. ¡Siento que es algo que se pasa por alto teniendo en cuenta que cada donación puede salvar 3 vidas! Ese es un impacto masivo que cada persona puede tener y el proceso realmente es muy simple.
Las donaciones de sangre (más bolsas de las que podría contar), me ayudaron a mantenerme con vida por un año más; un año en el que he estado eternamente agradecida de pasarlo aquí en la Tierra con mi familia, mis amigos y mi perro. Un año en el que tuve algunos de los mejores momentos de mi vida.
Hasta que nos volvamos a ver,
Hol
Xoxo