El tiempo es un recurso que no podemos controlar y más bien, nuestras vidas giran en torno al tiempo, es por eso que la puntualidad es símbolo de cortesía educación y respeto, ya que el no ser puntual es no apreciar el tiempo de lo demás ni el propio.
La puntualidad es un disciplina que consiste en estar a tiempo para cumplir nuestros compromisos como una cita de trabajo, una reunión de amigos, un compromiso en la oficina, etc.
Se que sonaré a papá, pero la puntualidad es básica para forjar carácter y orden que desencadena en ser confiables.
¿Porqué no somos puntuales?
La persona que no es puntual, lo primero que denota es desorden y falta de planeación en sus actividades, aunque por el otro lado, el interés y el deseo están muy ligados con la impuntualidad, ¿porqué es esto?, pues porque cuando nos interesa algo, como una cita de trabajo o una cita con la pareja, estamos incluso 20 minutos antes de lo acordado en el lugar, por otro lado si tenemos una cita con el dentista, tratamos de aplazarlo lo más que podamos.
Esto resulta obvio, ya que siempre habrá actividades que nos interesan más que otras, pero el simple hecho de vivir y administrar nuestro tiempo conforme a nuestros gustos, tarde o temprano nos hace “comodinos” y reafirma el vicio de llegar tarde.
Por otro lado, el orden es otro factor que es determinante en la puntualidad. Cuando no tenemos claridad de ideas o prioridades, no hay un “mapa temporal” que seguir, por lo que es normal que el tiempo se pierda mas fácil. Esto lo podemos ver desde el punto de vista del orden, pero también es muy cierto que la puntualidad puede derivar de una actitud egoísta, argumentando que el tiempo de los otros es menos valioso que el propio, lo cual es una posición totalmente irrespetuosa.
¿Cómo dejar de ser impuntual?
El hacerte puntual no es solamente con decirlo, para poder corregir este error se necesita mucha voluntad y sobre todo ser consiente de que no se es nada puntual, además se necesita mucha responsabilidad, compromiso y disciplina.
El volverte puntual no solo es poner las alarmas 10 minutos antes, llenar tus agendas y programar recordatorios en tu Smartphone, todo tiene que ver con un cambio de mentalidad y de actitud. Debemos ser consientes de que toda persona, evento o actividad que programemos tiene una importancia, por lo que tenemos que considerar la hora acordada, las rutas de llegada, la hora de salida de tu casa o donde te encuentres.
También tienes que encontrar las causas que provocan la impuntualidad (falta de interés, importancia, orden, egoísmo, pereza) con esto podrás ir forjando herramientas para combatir las causas.
Ya que tienes identificados estos pasos, puedes establecer un orden y delimitar tus prioridades, ¿cómo?, Pues ahora si pones tus alarmas, programas recordatorios e incluso pedirle a algún familiar, amigo que nos recuerde al hora, o cómprate un reloj de mano.
Así que ya sabes, no hay pretexto para llegar tarde, recuerda que el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los demás la vida más agradable y nos convierte en personas dignas de confianza
Nos leemos la siguiente
M@ndis
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