
Cada 02 de febrero celebramos la fiesta de la Presentación del Señor, conocida también por “La Candelaria”.
Después del nacimiento de Jesús, María Santísima permaneció cuarenta días de purificación –oración y recogimiento. Al término de estos días, según la tradición, llevaron a Jesús a presentarlo en el templo. Era prescrito que los primogénitos se consagraran a Dios en recuerdo de los primogénitos salvados en Egipto.
Cuando Jesús es presentado en el templo, Simeón –hombre justo- reconoció en Él al Mesías, Aquél que vendría a liberarnos de la esclavitud, del odio y de la muerte. De ahí sus palabras:
- “Ahora Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2, 29-32)
Cristo es Luz del mundo, pues vienen a iluminar nuestros corazones y nuestras mentes, para darnos a conocer el camino de verdad y de bien que debemos seguir. Ilumina nuestras vidas con su Paz y con el Amor eterno con que nos ha creado… y con el que ha de Redimirnos. Un Amor que lo penetra todo y nada queda fuera de Él.
Simeón experimenta esa Paz, que es saberse amado, perdonado e invitado a vivir junto a Él para la eternidad. Ya nada tiene sentido si no es en Él y para Él. Todo lo demás es considerado efímero y pequeñez. Y la vida presente encuentra su sentido y alegría en cuanto es “preámbulo” de la Vida Eterna.
Que como Simeón podamos ver en Cristo el sentido de nuestra existencia.
Que Dios te bendiga
Tu amigo Zurc0
Twitter: @Zurc0