Aunque María “no era una ‘influencer’, (…) sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia”, dijo el Papa Francisco a los jóvenes reunidos en la JMJ Panamá 2019.
Con el auge de las redes sociales, los principales protagonistas de las nuevas modas son los reconocidos ‘influencers’, aquellas personas que tienen la capacidad de influir a sus millones de seguidores.
Aunque en los tiempos bíblicos no había redes sociales, el Papa Francisco considera que “podemos decir con confianza de hijos: María, (es) la ‘influencer’ de Dios”.
Porque “ella no solo creyó en Dios y en sus promesas como algo posible, le creyó a Dios y se animó a decir ‘sí’ para participar en este ahora del Señor. Así, (Dios) sorprendió a María y la invitó a formar parte de esta historia de amor”.
María “sintió que tenía una misión, se enamoró y eso lo decidió todo”. Se decidió “a confiar en el amor, a confiar en las promesas de Dios, que es la única fuerza capaz de renovar, de hacer nuevas todas las cosas.”
Por ello, el Papa Francisco compartió que “siempre (me) llama la atención la fuerza del ‘sí’ de María, joven, de ese ‘hágase’ que le dijo al ángel. Fue una cosa distinta a una aceptación pasiva o resignada (…) Fue algo más, algo distinto, fue el ‘sí’ de quién quiere comprometerse y arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de una promesa.”
Así como la Virgen María en su momento, el Pontífice invitó a los jóvenes a no sentir temor: “sin dudas tendría una misión muy difícil, pero las dificultades no eran una razón para decir ‘no’. (…) María se jugó y por eso es fuerte, por eso es una influencer, es la influencer de Dios.”
“El ‘sí’ y las ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las dificultades. Esta tarde también escuchamos cómo el ‘sí’ de María hace eco y se multiplica de generación en generación. Muchos jóvenes a ejemplo de María arriesgan y apuestan guiados por una promesa”
“¿Quieren ser ‘influencer’ al estilo de María? Ella se animó a decir ‘hágase’. Solo el amor nos vuelve más humanos, no las peleas, no el bullying, el amor nos vuelve más plenos, todo el resto son buenos pero vacíos placebos”, concluyó el Santo Padre.