Oremos para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas.
El Papa Francisco siempre nos anima a ponernos del lado de los marginados y descartados, de los que nunca son noticia de portada.
En el video con la intención de oración de septiembre, producido por la Red Mundial de Oración del Papa, nos hace una pregunta que no debería dejarnos indiferentes:
“¿Cómo dejamos que la ‘cultura del descarte’, en la que millones de hombres y mujeres no valen nada frente a los beneficios económicos, domine nuestras vidas?”.
Y a continuación nos hace una petición: “Dejemos de hacer invisibles a los que están al margen de la sociedad, ya sea por motivos de pobreza, dependencias, enfermedades psíquicas o minusvalías”.
Escuchemos con atención su mensaje y trabajemos para pasar de la “cultura del descarte” a la “cultura de la acogida”.
“¿Cómo hemos podido llegar a este nivel de indiferencia?”. Esta es la pregunta que plantea Francisco en el Video del Papa del mes de septiembre, en el que, a través de la Red Mundial de Oración del Papa, pide rezar “por las personas que viven al margen” de la sociedad. “Una persona sin techo, que muere en la calle, nunca va a aparecer en la primera página de los buscadores de internet o de los noticieros”, comienza constatando el Santo Padre al compartir la intención de oración con la Iglesia universal para este mes.
Los olvidados por la prensa
Precisamente a ellos, a los olvidados por la prensa, trata de dar voz el video de este mes. Las imágenes que acompañan las palabras de Francisco muestran a personas sin hogar -solos o en pequeños grupos, a veces casi pisoteados por los transeúntes- en las aceras de Canadá, Estados Unidos, Camerún e India; niños de la calle que pasan el día lavando los cristales de los coches parados en los semáforos de San Salvador; personas con diversas discapacidades en España, Filipinas y Centroamérica; chabolas cerca de los rascacielos en Vancouver, edificios de Buenos Aires y Río de Janeiro.
En los márgenes de nuestras sociedades vive una humanidad de diversos tipos, mucho más numerosa de lo que pensamos. Según las Naciones Unidas, más de 700 millones de personas, el 10% de la población mundial, vive en situación de extrema pobreza, con dificultades para satisfacer las necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso a agua y saneamiento. La propia ONU añade que alrededor de 1.600 millones de personas viven en condiciones de vivienda inadecuadas, y que los países más industrializados no son una excepción. Informes de la Organización Mundial de la Salud revelan, asimismo, que una de cada ocho personas en el mundo convive con un “trastorno mental”, mientras que el 16% de la población mundial experimenta una “discapacidad significativa”.
Ante la “cultura del descarte”, “cultura de la acogida”
“¿Cómo dejamos que la ‘cultura del descarte’, en la que millones de hombres y mujeres no valen nada frente a los beneficios económicos, domine nuestras vidas, nuestras ciudades, nuestro modo de vivir?”, sigue preguntándose Francisco. Con tristeza reconoce: “Se nos va a endurecer el cuello de tanto mirar al otro lado para no ver esta situación. El Papa invita a dejar de “hacer invisibles a los que están al margen de la sociedad, ya sea por motivos de pobreza, dependencias, enfermedades psíquicas o minusvalías”.
“Centrémonos en la acogida”, exhorta. “En acoger a todas las personas que lo necesitan. La ‘cultura de la acogida’, de recibir, de dar techo, de dar hogar, de dar amor, de dar calidez humana”. Por eso, pide a todos los creyentes que se movilicen con la oración “para que las personas que viven al margen de la sociedad, en condiciones de vida infrahumanas, no sean olvidadas por las instituciones y nunca sean descartadas”.
Acoger es más que ayudar
“La oración saca a la luz lo que está oculto en el corazón. Por eso, los que viven en los márgenes, como invisibles, deben encontrar espacio en nuestra oración, están en el corazón de la Iglesia: un corazón de carne y no de piedra. Un corazón de piedra descarta, un corazón de carne acoge”. El Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, a propósito del video del Santo Padre para el mes de septiembre añade: “El Papa Francisco conoce el poder educativo de la oración y a través de él nos invita a desarrollar una cultura de la acogida. ‘La piedra descartada por los constructores se ha convertido en piedra angular; este mensaje sigue siendo fuerte y creíble si aún hoy damos la palabra a los descartados, si reconocemos la dignidad indeleble de quienes han sido crucificados por una economía despiadada, el acoso o la indiferencia. Acoger es más que ayudar: es poner al otro a nuestro nivel, redescubrir a una hermana o a un hermano que habíamos perdido. En la oración nos convertimos en miembros de un solo Cuerpo”.
Una “cultura de la acogida”
El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comenta: “¿Cómo es posible dar una solución tangible a los millones de descartados que a menudo sólo encuentran indiferencia, o incluso fastidio, como respuesta? Francisco invita a un enfoque diferente de la pobreza y la exclusión. Esto supone rezar, pues la oración transforma nuestro corazón, cambia nuestra mirada y nos abre a los demás, en particular a los más vulnerables. Oremos, con Francisco, por una ‘cultura de la acogida’, para recibir a todas las personas que lo necesitan, dar techo, hogar, amor y calidez humana.”