Aunque caigas por debilidad, no te des por vencido. Pide a Dios perdón y sigue adelante...
Aunque caigas por debilidad, no te des por vencido. Pide a Dios perdón y sigue adelante. En el ring y en los estadios olímpicos, no es raro ver cómo los atletas caen al suelo, reciben golpes, se lesionan. Pero se levantan, recobran la esperanza y al final consiguen el título de campeón (Card. Van Thuan)
El P. Carlos de Foucauld ha dejado las siguientes líneas que harías bien en leer con atención: ganarás en entusiasmo y en fe, sobre todo para los momentos de cansancio y desaliento.
"Aunque te sientas malo y pecador, espera firmemente que irás al cielo. Dios te prohíbe perder la esperanza.
Aunque te sientas ingrato, o seco como un palo, o débil, o miserable, aunque creas que estás abusando de la gracia de Dios, Dios te pide que esperes vivir eternamente con él en amor y santidad.
Dios te prohíbe que pierdas la esperanza a la vista de tus miserias. Te prohíbe decir: Ya no puedo seguir, el camino del cielo es demasiado duro, voy a dar marcha atrás y bajar un poco.
A la vista de tus repetidas caídas, Dios te prohíbe incluso decir: Nunca llegaré a corregirme, no tengo fuerzas para ser santo, yo no soy digno del cielo.
Dios quiere que siempre vivas esperando. Dios lo ordena así, y debes creer en su amor y en su poder.
Sí, cuando piensas en lo que Dios ha hecho por ti, naturalmente te sientes indigno y crees en su amor. Pues incluso entonces cree en ese amor, pues Dios siempre está dispuesto a recibirte como el padre del hijo pródigo, sobre todo porque Dios no cesa de invitarte y de darte los medios para llegar a su lado".