El Señor quiere que colaboremos en la obra de la creación, lo mismo que en la de la redención del mundo.
El Señor quiere que colaboremos en la obra de la creación, lo mismo que en la de la redención del mundo. Si Dios lo hiciese él solo, la obra sería más perfecta, pero el hombre perdería en dignidad. Tenemos que imitar el método de trabajo de Dios (C. E 584).
El P. Dominique Pire (1910-1968), un dominico belga, fundador de los «Constructores», fue el bienhechor de millones de personas emigradas del Este a Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial.
Su prestigio (era doctor en teología y en sociología) arrastró tras de sí a muchos jóvenes para construir docenas de miles de viviendas para los sin techo. Esos jóvenes pertenecían a las más diversas profesiones y clases sociales —obreros, estudiantes...—, dispuestos a sacrificar sus permisos o sus vacaciones para construir una verdadera ciudad, desparramada por toda Europa, para albergar a los refugiados sin patria. Fue condecorado con varios premios, entre ellos el premio Nobel de la Paz en 1958. Pero su mayor alegría fue el haber ofrecido a la juventud un ideal y una verdadera razón para vivir