«Yo soy tan sólo una escoba»

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Quien vive bajo la mirada de Dios no puede sentirse orgulloso. ¿De qué se va a enorgullecer? Todo le viene de Dios (Card. Van Thuan).

Cuanto más humilde es la Virgen María, más luminosa es y más se descubren las maravillas que hizo en ella el Señor. Es como una lámpara de cristal sin la menor mancha, atravesada por la luz (Card. Van Thuan).

Tras el don inmenso de haber visto a la Virgen María en la gruta de Massabielle, Bernardeta Soubirous se retiró a Nevers, donde vivió en humildad y obediencia hasta su muerte. Durante ese tiempo, Lourdes empezó a atraer multitudes cada día más numerosas.

Un día, una hermana le presentó una foto en la que aparecía de rodillas delante de la gruta, para ver cómo reaccionaba. Tras mirarla atentamente preguntó:

— ¿Para qué sirve una escoba?

— Para tener limpia la casa.

— Y una vez que se la ha usado, ¿qué se hace con ella?

— Se la pone en un rincón detrás de la puerta...

— Bueno, pues ahora yo estoy detrás de la puerta.

Cardenal Van Thuan

Siervo del Señor, Francisco Xavier Nguyen Van Thuan fue arzobispo coadjuntor de Saigón, fue arrestado por el régimen comunsta y pasó 13 años en la cárcel, 9 de ellos en aislamiento. En prisión escribió Mil y pasos en el camino de la esperanza. En 1991 fue liberado, Juan Pablo II le nombró, en 1994, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Fundó Mater Unitatis. Falleció el 16 de septiembre de 2002 en Roma. Actualmente, se sigue un proceso para su canonización
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