Un pequeño se encuentra en una selva de un mundo extraterrestre cuando se tiene que enfrentar a un extraño animal que casi lo vence… entonces aparece una extraña… ¿Qué sucederá?
Desde pequeños nos enseñan los valores de compartir, aceptar y colaborar con nuestro prójimo que es el tema de este breve corto animado. Dos niños crean e inventan su mundo y cuando la niña se les une, la aceptan y ella contribuye a enriquecer su mundo y sus experiencias.
Sin embargo, lo más interesante es que el mismo cortometraje fue creado bajo estos valores. El director y 46 animadores en 16 países diferentes colaboraron, sin conocerse previamente para la realización de este cortometraje.
Mediante el uso de la plataforma Artella, se reunieron en un estudio virtual para realizar todo el detallado trabajo que requiere una animación. No sólo eso, los fondos necesarios fueron recaudados por medio del crowdfunding. Así que este corto es resultado de la colaboración de miles de personas alrededor del mundo.
Colaboración y competencia
Una muestra de lo que puede hacer el ser humano cuando decide colaborar con sus semejantes para un fin creativo. Y como empiezan a notar algunos biólogos y antropólogos lo que distingue al ser humano no es la competencia, como afirmaba Darwin, sino la cooperación.
Basta ver las ropas que usamos para darnos cuenta. Son el resultado de la labor de un gran número de personas: las que cultivan el algodón, quién hace las telas, quién diseña la prenda, los transportes que mueven las mercancías, las tiendas que las venden… etc. La sociedad humana es una red de relaciones que nos brinda bienestar, trabajemos en contribuir a ella y evitar las acciones que la destruyen y no sólo en sus valores materiales sino sobre todo en sus valores humanos y espirituales.