Ya conoces el origen de este macabro desafío, ahora te decimos en qué consiste, las motivaciones detrás del mismo, así como las consecuencias y las acciones que se han tomado para enfrentarlo.
Lee la primera parte de este artículo aquí:
¿Juego inocente?
El Reto de la ballena azul de ninguna manera puede calificarse como inocente. Aunque estos grupos digan que no se toman en serio los desafíos, lo cierto es que constituyen una herramienta para poner al alcance de las manos una serie de pasos que conducirían al suicidio.
Como ya se había mencionado el juego consiste en una serie de desafíos diarios que deben seguirse durante 50 días. Tras haber cumplido el reto, se debe enviar evidencia fotográfica al administrador para continuar. En varios de los grupos están disponibles la mayoría de los retos diarios, que incluyen hacerse varios cortes en la piel (desde pinchazos en el dedo hasta tallar el dibujo de una ballena), ver películas y videos de terror, privarse de sueño, subirse a azoteas y acercarse cada vez más al abismo, no comunicarse con nadie al menos que sea otra “ballena”, hasta el famoso punto de suicidio.
Existen tareas que son secretas, impuestas por el administrador de acuerdo al perfil de cada usuario. Sin embargo, es notable en la lista la progresión de sucesos: los cortes empiezan siendo simples y se complican cada vez, acostumbrando al jugador al dolor, a hacerlos más profundos y más grandes. Subir a sitios altos como azoteas o puentes acercándose cada vez más a los bordes y tomando menos precauciones para darse “valor” al momento de saltar, incluso otros retos sirven para buscar formas alternativas para completar el suicidio. No solo se promueve desvalorizar la vida, también se va aislando por completo a los jugadores para que no puedan pedir ayuda y contacten solamente con otras personas con pensamientos similares. Aunque en ningún punto se menciona claramente, si no se cumple con el desafío el jugador debe recibir un castigo, como recibir más cortes. Incluso, ciertos rumores apuntan a que, si un jugador quiere salirse del desafío, entonces el administrador amenaza con matar a su familia, creando así una nueva presión psicológica tomándose la decisión de sacrificar la propia vida en favor de la vida de los demás.
El creador
El juego apunta directamente a aquellos que ya se encuentran en un estado de vulnerabilidad. Así lo confeso el creador del juego, Philipp Budeikin, quien fue arrestado por el gobierno ruso por su implicación en los 130 suicidios relacionados con el juego, aunque él confesó solamente tener relación directa con 17 casos.
Ex-estudiante de psicología (expulsado de la universidad por su implicación con el juego), Budeikin buscaba personas con rasgos depresivos y baja autoestima para unirse a sus grupos con el fin de “limpiar (la) sociedad de gente y residuos biodegradables que no tienen ningún valor”. Budeikin pensaba que solamente se llegaría al suicidio si las personas no tenían valor alguno, irónico entonces que el mismo tomara esta misma decisión al tomar una sobredosis tras su arresto.
Las consecuencias
Sin embargo, las consecuencias siguen saliendo a la luz. A los casos en Rusia se le añaden víctimas confirmadas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Paraguay, Portugal, Uruguay y Venezuela entre otros. Aunque afortunadamente no todos los casos han sido fatales, los sobrevivientes necesitan una gran ayuda psicológica para su recuperación. Además, cada día se escuchan de más jóvenes vinculados a estos grupos y juegos macabros.
En palabras del P. José Eduardo de Oliveira, este es un paso más en la difusión de “la cultura de la muerte: …haciendo que los adolescentes y jóvenes coqueteen con el suicidio disfrazado de juego: ‘La Ballena Azul’”.
Añade el Mons. Leomar Antônio Brustolin que “el suicidio es hoy una expresión de una crisis de despersonalización” consecuencia de que “vivimos ahora en un tiempo de fuerte acento individualista (y en) una sociedad deshumanizada (que) impiden que el individuo se realice”.
Para el sacerdote Oliveira, la cura comienza en la familia, en “que los hombres despertaran y corrieran a la dirección contraria: Dios, la familia y la vida. ¡Despierten antes de que sea demasiado tarde!”
La solución
Tras el surgimiento de la Ballena Azul, también se han multiplicado como respuesta juegos con retos positivos. Entre ellos sobresale La Ballena Rosa, que toma la dinámica de los 50 desafíos diarios, pero en esta ocasión promoviendo la generosidad, la ayuda, la autoestima propia y de otros, y la valoración de la vida. También podemos encontrar al Capibara amarillo, al Reto de Jonás (en referencia al personaje bíblico que es tragado por una ballena), a la Ballena verde y al Perezoso Azul como propuestas similares para combatir el mal con el bien.
Sin embargo, advierten los propios creadores de la Ballena Rosa, aunque la idea es fomentar valores y una actitud positiva entre los jóvenes, este desafío no puede proveer la ayuda necesaria para alguien que ya se halla involucrado, o que sea vulnerable de involucrase, con la Ballena Azul. Para ello se necesita algo más profundo y personalizado, que el afectado, su familia y su comunidad deben buscar firmemente.
En un tema tan complejo no solución perfecta ni única. Ciertamente la familia debe estar atenta a los hijos, prestando atención detenida a su humor y estado de ánimo, procurando conocer sus amistades, los sitios de internet que visitan y el uso que hacen de sus redes sociales. La comunicación siempre es la base de una buena relación, por lo cual se debe procurar fomentarla en cualquier situación. A partir de ella se puede establecer una ruta de ayuda dependiendo de la situación particular del afectado, teniendo siempre en cuenta el efecto que puede tener el afecto familiar y de las amistades.