En México existir es resistir

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Los desaparecidos se multiplican y aumentan el absurdo y el horror de las violencias

"Todo México ha quedado horrorizado con la desaparición y muerte de un grupo de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco"

"En el momento de escribir estas líneas existen más de 110 mil familias que buscan a sus desaparecidos en todo el país"

"Jalisco se distingue en la actualidad con casi 15 mil personas de las que no se sabe su paradero. En los últimos cinco años más de 156 mil homicidios se han cometido en México"

"Que el espíritu y la memoria nunca falten al momento de llorar, al momento de abrazar y al momento de luchar para que las cosas sean distintas"

26.08.2023 | Rodrigo Guerra, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina

Todo México ha quedado horrorizado con la desaparición y muerte de un grupo de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco. El video dado a conocer en el que uno de los muchachos es obligado a ejecutar a su amigo nos coloca ante la maldad desnuda. Sin embargo, este horror es preciso enmarcarlo en algo aún más oscuro, más absurdo y más complejo, que por su enormidad, fácilmente pasa a ser parte del paisaje mexicano: en el momento de escribir estas líneas existen más de 110 mil familias que buscan a sus desaparecidos en todo el país.

Jalisco se distingue en la actualidad con casi 15 mil personas de las que no se sabe su paradero. En los últimos cinco años más de 156 mil homicidios se han cometido en México. En resumen, en una gran cantidad de comunidades del país, la violencia ya no es sorpresa, es rutina.

Cuando uno revisa estas cifras las palabras no alcanzan. El dolor, la indignación y la impotencia son demasiado grandes. José Emilio Pacheco alguna vez dijo que hubiera deseado vencer la violencia con poesía. No, no es posible. La violencia se vence con otros medios que algunos resumimos con la palabra “dignidad”. Pero eso sí, la poesía puede abrir el horizonte del espíritu. Y recordarnos que alguna vez nuestro corazón fue un poco menos frío. Con esto en mente, recuerdo los últimos versos del poema “Ayotzinapa”, escrito por el gran David Huerta:

Entreguemos a los muertos
a nuestros muertos jóvenes
el pan del cielo
la espiga de las aguas
el esplendor de toda tristeza
la blancura de nuestra condena
el olvido del mundo
y la memoria quebrantada
de todos los vivos
Ahora mejor callarse
hermanos
y abrir las manos y la mente
para poder recoger del suelo maldito
los corazones despedazados
de todos los que son
y de todos
los que han sido.

En efecto, ahora mejor apretar los labios. Y abrir los brazos para gritar al cielo al momento de recoger todo el dolor y el sinsentido. No es mera retórica afirmar que en México existir es resistir. Resistir no sólo a la violencia. Resistir a la indiferencia y a la retórica populista que intenta maquillar una evidencia de sangre que se impone por su propio peso. Que el espíritu y la memoria nunca falten al momento de llorar, al momento de abrazar y al momento de luchar para que las cosas sean distintas.