
En nuestra vida, estamos acostumbrados a buscar la aceptación de las demás personas. Es bueno buscar una relación de amor y franca amistad.
Este amor y amistad, pueden llegar a ser un reflejo del amor mismo de Dios por nosotros. A través de nuestros familiares y amigos, descubrir que existe un amor todavía más grande y perfecto.
Jesús mismo se dirige a sus discípulos, en la última cena, ya no como siervos, sino como amigos. En sus palabras, de gran intimidad, Jesús en verdad desea que sus discípulos experimenten la razón por la que Dios se ha hecho hombre: es por amor.
Este amor que lo ha llevado a encarnarse, tomar todo lo que nuestra naturaleza tiene. Amor que lo lleva a vivir feliz en el ceno de una familia, predicar entre los pueblos, sanar a los enfermos… hablar de la Verdad… amor que lo lleva también a darle un significado nuevo a esta “amistad”:
“No hay amor más grande de quien da la vida por sus amigos”
No hay amor más grande del Amor con que Jesús te ama. No hay amor más grande del Amor con que Jesús te cuida y te invita a vivir cerca de Él.
Todas nuestras aspiraciones, sueños y anhelos, en Él encuentran plenitud…
“Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando le insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado” (1 Pedro 2, 21.24)
Que Dios te bendiga
Tu amigo Zurc0
Twister: @Zurc0