Erik Cordes, jefe científico del proyecto Deep Search, tuvo un presentimiento cuando la nave de investigación Atlantis salió a navegar desde Woods Hole, Massachusetts. “Sé que vamos a encontrar algo que nadie ha visto antes. Esos son los momentos que amó”, señaló en una entrevista previa a la expedición.

Esa certeza se derivaba de que el equipo tenía programado hacer 12 sumersiones a bordo del submarino de investigación Alvin, especialmente equipado para recolectar muestras del fondo marino. Casi todas las zonas a investigar eran inexploradas, por lo que el equipo no estaba seguro de lo que podría encontrar.

Su sorpresa fu ciertamente grande. A unos 260 km de la costa de Charleston, en Carolina del Sur, descubrieron un arrecife de coral de agua fría.

“Es un gran descubrimiento. Es increíble que estuviera tanto tiempo escondido en la costa este de EUA”, dijo Cordes a los medios.

Probablemente el arrecife pudo permanecer oculto por tanto tiempo gracias a su profundidad, a unos 800 metros bajo la superficie. De hecho, los investigadores concuerdan en que es toda una sorpresa encontrar coral desarrollándose tan profundo en el océano.

Dos inmersiones realizadas durante la semana pasada confirmaron el hallazgo. Además, permitieron recolectar numerosas muestras de corales, entre ellas el coral blanco Lophelia pertusa, que cubre gran parte de la zona.

Además, basados en un mapeo sonar del suelo marino realizado en la zona, confirma el gran tamaño del arrecife, pues se estima que tiene un largo de entre 130 a 150 km.

Aún queda mucho por investigar en la zona. Por el momento, se quiere describir el papel del arrecife en el ecosistema que lo rodea, ya que el propio Cordes opina que es crucial para la productividad de la pesca regional.

Asimismo, la Oficina de Administración de Energía del Océano (BOEM) ha destacado la importancia de salvaguardar este recurso natural, lo cual podría influenciar en los planes de perforación petrolera en alta mar que el gobierno actual de los Estados Unidos propone.